La entrega de viviendas a afiliados de la UOM terminó de la peor forma cuando el gobernador Mariano Arcioni se retiraba del lugar produciéndose un enfrentamiento cuerpo a cuerpo entre trabajadores y efectivos policiales que pugnaban por liberar el paso del mandatario provincial. El saldo una persona detenida, ajena a la protesta, golpes, empujones, bastonazos que volaban por el aire, personas revolcadas en el piso  y un malestar generalizado por el accionar de la fuerza policial para con un grupo  de trabajadores del estado.

La cantidad de personas que estaban repudiando al mandatario provincial no era mucha y eso fue realzado por el propio Arcioni en su discurso:“está a la vista el nivel de adhesión” de la medida de fuerza. Entonces para qué tanta violencia desatada para con los hombres y mujeres que llegaron allí. El interrogante es saber si fue oportuna la decisión de realizar el acto de entrega de viviendas que terminó en un segundo plano opacado por las lamentables escenas vividas en la vía pública y con miembros de una fuerza policial que no pudieron apaciguar los ánimos de los presentes sin recurrir a la violencia.

Previamente desde el atril, con su tradicional sonrisa, Mariano Arcioni lanzó “es un día festivo” acompañado por un “mentiroso absolutamente nada” en respuesta al cántico que los trabajadores de las diferentes áreas del estado lanzaban a los cuatro vientos en contra de su persona.

Desde un primer momento se sabía que la salida de la comitiva sería el punto de inflexión. Los ánimos estaban enrarecidos y el paso de los minutos, sumado a la gran cantidad de efectivos policiales permitían presuponer situaciones no deseadas. Esto ocurrió cuando el vehículo oficial intentó moverte y los manifestantes se interpusieron para no permitir el paso, en un terreno estrecho e indebido para la realización de un acto en el clima social que se está viviendo. 

Los responsables de las fuerzas de seguridad dispusieron que los efectivos realizarán un cordón humano para ir barriendo a los trabajadores y asegurar el paso de la camioneta con el gobernador. Eso no dio resultado porque para intentar liberar el paso hubo que producir forcejeos con los manifestantes que derivo en un lucha cuerpo a cuerpo y la primera reacción del uso de la fuerza por parte de los uniformados.

Como por allí era imposible salir se decidió que el vehículo oficial recorriera varios metros marcha atrás hasta llegar a una calle transversal. Mientras la comitiva realizaba esa maniobra a metros de allí el descontrol se apoderó de la escena con golpes de puños, empujones y una lucha cuerpo a cuerpo entre los trabajadores y los efectivos policiales.

Mientras la camioneta hacia su recorrido a paso de hombre volvieron las corridas y los empujones. Varios efectivos policiales habían rodeado a un hombre, que no participaba de la marcha y que reside en el sector, con el fin de poder reducirlo y esposarlo. 

La esposa del detenido relató que su pareja “estaba afuera viendo que pasaba cuando terminaba el acto. Yo le dije no vayas a chusmear, mete adentro y… le pasó lo que el pasó. Lo agarraron los policías y mis hijos llorando en casa”. Entre varios efectivos policiales lo trasladaron a este hombre hacia el móvil policial donde lo llevaron a la comisaría Segunda donde tras varios minutos recupero la libertad.  En el barrio quedaron los manifestantes reclamando una apertura del diálogo por parte del gobierno provincial y repudiando el accionar policial vivido en la mañana de este martes.

Lejos muy lejos quedó el día festivo planteado por un sonriente gobernador sino que se convirtió un día de tristeza por lo vivido y que terminó siendo una pelea entre propios trabajadores del estado chubutense.

Fotos: Maxi Jonas, José Ka