Las autoridades del Sindicato Obreros Marítimos Unidos –SOMU- denunciaron “aprietes” del ministerio de Trabajo de la Nación para acatar la conciliación obligatoria bajo amenaza de una nueva intervención y de bajar a la totalidad de las tripulaciones. Ante ello, se resolvió acatar la segunda conciliación que se dicta en el conflicto iniciado la pasada semana permitiendo que los barcos reanuden sus actividades de pesca pese al descontento laboral y sindical.

En conferencia de prensa, Raúl Durdos –secretario General del SOMU- recordó que la medida de fuerza tenía “un acatamiento del 100 por ciento” y que “estábamos pidiendo un básico de 10.300 pesos porque nuestro trabajador estaba en 4.700 pesos y solicitábamos un aumento en un puntos el porcentaje  dólar que no es una gran cantidad de dinero.  Esa negociación era con CAPECA, CAPIP Y CEPA”

El dirigente marítimo denunció que el lunes se llevó adelante una audiencia de  partes en la cartera laboral con los representantes de CAPECA donde “sentíamos que nos estaban presionando. Me llamaron afuera y me dijeron que iban a dictar la conciliación obligatoria y que la teníamos que acatar” dijo Durdos. Asimismo, aclaró que “si no la acatábamos a la gente la iban a bajar de oficio y a nosotros nos iban a intervenir –nuevamente- el gremio” dijo el secretario general.

El sindicalista enfatizó que “cuando hicimos el acta de la audiencia mantuvimos nuestra posición sin levantar la medida, ratificamos nuestro pedido y que no íbamos a aflojar en nada” recordó Durdos, quien reconoció que “a las 22 dictaron la conciliación obligatoria”.

A su regreso a Puerto Madryn mantuvieron una reunión con los marineros para explicar lo sucedido y comunicarles que se volvió a generar un marco de negociación que dejaba sin efecto el plan de lucha iniciado el viernes pasado.

El secretario General del SOMU fue categórico al afirmar que “si no levantábamos la medida de fuerza a los compañeros los echaban a la calle, algunos de ellos con 15, 18 y 20 años de antigüedad que iban a ir a la calle sin que se les pagase un peso. A nosotros nos iban a quitar la organización, otra vez la intervención y en 3 o 4 años iban a dar la elección para poner a quien ellos quisieran”.

Ante esta situación, definida por la dirigencia del gremio como extorsiva, los barcos volvieron a la zona de pesca. Durante los próximos 15 días “vamos a negociar y tratar de conseguir lo que más podamos para la gente porque necesitamos una recomposición salarial en serio” dijo el secretario general del gremio marítimo.