Dos meses y medio pasaron desde la última vez que las puertas corredizas de la terminal de ómnibus se abrieron. Con una fisonomía muy diferente y donde abundan los locales vacíos, la puerta de ingreso y egreso de la ciudad volvió a recibir gente con estrictas medidas de seguridad y sanitarias.

La atención es de 10 a 18 y con puertas asignadas dependiendo al lugar donde se va a concurrir. Con muy pocos locales brindando servicio y con la mayoría de las boleterías cerradas, la terminal de ómnibus volvió a funcionar.

Desde el consejo de administración se elaboró un protocolo para el funcionamiento que limita muchas áreas de afluencia de personas. Cuando un ingresa observará que dependiendo la tarea que debe realizar tendrá una puerta de ingreso asignada y que lo conducirá al lugar que desea ir.

Desde allí que la puerta de acceso que da a la vieja estación permite al ciudadano acceder a la el peluquería, la boletería de Ceferino y una de las empresas de transporte de mercaderías. En la puerta principal se podrá acceder al revistero, a la panadería y al local de bijouterie. Por su parte, en el caso de la puerta de la calle Necochea se podrá acceder a las dos bocas de atención para quienes tengan que enviar o retirar mercadería bajo la modalidad de encomiendas.

A consecuencia de la pandemia y la parálisis de las actividades, donde se suprimió el transporte de corta y larga distancia, uno ocho locales cerraron sus puertas y devolvieron la llave al consejo de administración. Entre ellos está la confitería.

En los últimos días, diferentes vecinos expresaron su interés por poder alquilar alguno de los locales aunque se tiene la limitación que no hay certezas sobre cuando se recuperará el movimiento generado por el tráfico de pasajeros.