El próximo 3 de junio se cumplen tres años de la primera manifestación masiva de mujeres en reclamo a la violencia de género y a los femicidios bajo la denominación #NiUnaMenos. Claramente, esas voces se hicieron sentir que año a año, edición tras edición estas multitudinarias marchas se convirtieron en el punto de referencia para miles de mujeres a lo largo y ancho de país e incluso de otros países, alcen su voz, hasta ahora oprimida, hasta ahora callada.

Puerto Madryn no quedará excluida de estas manifestaciones que se organizan en distintos puntos del país y se prevé, en el marco de la convocatoria nacional #NiUnaMenos, que el mensaje “Aborto Ya” llegue desde orillas del Golfo Nuevo, a través de las colectivas feministas de Puerto Madryn al resto de la Argentina y el mundo.

El próximo domingo 3 de junio a las 14.30 hors entre la segunda y tercera bajada del frente costero, los distintos grupos feministas de la ciudad convocan a toda la comunidad  a realizar una intervención en la playa para formar sus cuerpos la frase “Aborto Ya”.

La consigna es presentarse con pañuelos verdes o telas verdes, ropa verde, color distintivo de la campaña nacional por la legalización del aborto que en pocos días más culmina su debate para su posterior tratamiento en el Congreso Nacional.

Las feriantes que deseen participar con sus puestos, podrán ubicarse en la rambla.

Ni Una Menos es un grito colectivo contra la violencia machista. Surgió de la necesidad de decir “basta de femicidios”, porque en Argentina cada 30 horas asesinan a una mujer sólo por ser mujer. La convocatoria nació de un grupo de periodistas, activistas, artistas, pero creció cuando la sociedad la hizo suya y la convirtió en una campaña colectiva. A Ni Una Menos se sumaron a miles de personas, cientos de organizaciones en todo el país, escuelas, militantes de todos los partidos políticos. Porque el pedido es urgente y el cambio es posible, Ni Una Menos se instaló en la agenda pública y política.

El 3 de junio de 2015, en la Plaza del Congreso, en Buenos Aires y en cientos de plazas de toda Argentina una multitud de voces, identidades y banderas demostraron que Ni Una Menos no era el fin de nada sino el comienzo de un camino nuevo.