El secretario General de la Asociación Argentina de Capitanes, Pilotos y Patrones de Pesca, Jorge Frías, se encuentra en Puerto Madryn para mantener diferentes reuniones con capitanes para definir las acciones a seguir tras la desaparición del buque Rigel y ocho de sus tripulantes. Este hecho sucedió a una semana de conmemorarse el primer aniversario del hundimiento del pesquero El Repunte que puso en evidencia las falencias de las naves que salen a la mar y las condiciones en que trabaja el personal de marinería.
Frías se quejó porque de todos los reclamos efectuados en los últimos doce meses “no hemos tenido respuesta” y que ello agravó el estado de situación ante el inicio de la temporada de langostino. El dirigente puso el acento en los años que tiene la flota y las sucesivas modificaciones que se realizan a los barcos para adaptarlos a la pesca del lagostino. “Con las modiicaciones es cuando comienzan las desgracias” dijo el representante de los Capitanes, Piloteos y Patrones de Pesca, quien pidió que “se quiten los tangones a los buques que no los tienen incorporados”.
En su análisis puso el acento en los años que todos los barcos tienen y que evidencian el paso del tiempo y las consecuencias que ello puede generar en una situación extrema. Jorge Frías puntualizó que “los últimos dos buques que naufragaron tenían más de 40 años y que ambos recibieron modificaciones que no son las originales en su concepción”. Estas conjunciones son letales porque “estamos ante barcos que están viejos, vetustos y endebles ante la exigencia del mar y de una actividad de tango riesgo como la pesca industrial. Siguen arrastrando los mismos pesos que en sus orígenes cuando están vetustos”.
Pese a ello, las embarcaciones son sometidas a diferentes modificaciones con el fin de poder adaptarlos a la pesca del langostino que es la vedette de estos años por los dividendos económicos que genera. El secretario General de la Asociación Argentina de Capitanes, Pilotos y Patrones de Pesca manifestó que “los buques son modificados con una suerte de poncho donde con antigüedad de 40 o 50 años, se le cambia la timonera, los motores pero sigue teniendo la misma cantidad de años”. Ante todo ello, Frías pidió que las pruebas se efectuén en condiciones climáticas adversas y con en un lecho marino tranquilo como viene sucediendo en forme reiterativa.