Impulsan ley de reconocimiento y reparación económica para personas cuya progenitora haya fallecido en un aborto
23 - agosto - 2018

La Senadora Nacional Nancy González presentó un proyecto de ley de reconocimiento y reparación económica a los niños, niñas y adolescentes cuya progenitora o persona gestante haya resultado muerta como causa de embarazo finalizado en aborto.
La Senadora adelantó que “quienes trabajamos para que la Interrupción Voluntaria del Embarazo sea ley, debemos doblegar los esfuerzos y no quedarnos con los brazos cruzados esperando que pasen dos años para que la voluntad política y los tiempos parlamentarios nos den otra oportunidad”. Agregó que “lo único que dejó el rechazo de la media sanción es más abortos clandestinos y, por lo tanto, más mujeres y personas gestantes que mueren en el intento”. Esta impotencia motivó a buscar alternativas y a ocuparse de la deuda que tiene el Estado con las familias que no son más que víctimas colaterales del negocio clandestino del aborto. En las condiciones actuales, para la mujer que decide interrumpir su embarazo, perder la vida es una posibilidad y mucho más para las de menores recursos. De esta manera se elaboró un proyecto para pensar en lo que nos deja el aborto además de las mujeres que mueren: “que aborde a sus familias y sus hijxs, porque después del 8A no se puede permitir que ya nada sea igual”, enfatizó la Senadora Nacional.
Esta iniciativa parlamentaria consiste en asegurar un ingreso equivalente a una jubilación mínima para los niños, niñas y adolescentes víctimas colaterales del aborto clandestino para que puedan ser reconocidos y reparados. Finalmente, la Senadora manifestó que “a sólo 6 días de la sesión, tuvimos la primera mujer muerta por aborto clandestino públicamente conocida. Si bien se estima que al menos media centena de mujeres al año pierden la vida por las mismas causales, Liz fue la primera que falleció luego de que hayamos tenido la oportunidad que esto ya no pase. La impotencia es enorme”. Liz además de ser mujer, era madre. Tenía dos hijos que, por negligencia del Estado, quedaron hoy y para siempre sin su mamá.