El reclamo sigue latente de los trabajadores estatales y los jubilados.  Más allá de la angustia, desazón y bronca acumulada por las situaciones que les toca atravesar por no percibir sus haberes en sueldo en tiempo y forma, que ha impedido el pago de los alquileres  o poder comprar medicamentos en el caso de los enfermos, la marcha de antorchas tuvo una presencia importante de todos.

Pasada las 19 comenzaron a arribar las mujeres con sus hijos, los hombres y las familias para sumarse a la marcha que busca sostener un reclamo y no permitir que una situación extremadamente irregular se naturalice como es el no pago de los salarios ni del medio aguinaldo.

Las banderas de los gremios se sumaban a los carteles con las leyendas en reclamo del pago de lo adeudado, además de diferentes imágenes de los diputados provinciales por Puerto Madryn que son cuestionados desde los trabajadores por no avanzar con los pedidos para que la Legislatura inste al gobernador a priorizar el pago de los salarios por sobre la deuda contraída.

La marcha permitió recuperar fuerzas por el apoyo recibido y, en particular, por la presencia importante de trabajadores. El número superó a las anteriores acciones de reclamo aunque se reconoció que la situación que se vive amerita que haya mayor participación de los estatales porque es un reclamo para todos y no solo para quienes están marchando o protestando.

Más allá de la movilización los rostros de los asistentes transmitían la angustia que cada uno atraviesa y la carga emocional que les implica el tener que atravesar por una situación que no se originó con la pandemia sino que es una continuidad de un conflicto que supera los dos años y que no encuentra salida.

El descreimiento es transversal a los activos y pasivos, sensación que se suma a la falta de una certeza de donde aferrarse para lograr observar una luz al final del túnel que marque la salida a la crisis estructural que los atraviesa y que derrama en toda la comunidad.