Temporada de Ballenas: Cierra la edición 2018 del programa del ICB con excelente balance del nuevo Proyecto de Evaluación Corporal de Ballenas

14 - noviembre - 2018

Como cada temporada de ballenas, el Instituto de Conservación de Ballenas trabaja en Península Valdés con los Golfos Nuevo y San José en el estudio de la ballena franca austral, desde su incremento poblacional, ataques de gaviotas, varamientos, fotoidentificación, etc. Esta vez, esta temporada que culminó ya hace unos días, arrojó un balance positivo, por parte de los científicos participantes, sobre la Evaluación Corporal de las Ballenas.

El primer interrogante era ¿Cómo podemos evaluar el estado corporal de animales tan grandes como las ballenas, que además viven en el agua y fuera de nuestro alcance para examinarlas? Una manera de hacerlo es mediante la “fotogrametría”, una técnica por la cual se mide sobre fotografías aéreas el largo y ancho del cuerpo de las ballenas para determinar cuan gordas o flacas están. En el caso de las madres y crías, si estas mediciones se realizan periódicamente sobre los mismos individuos a lo largo de la temporada, pueden detectarse cambios a medida que las madres pierden peso a través de la leche que producen para sus ballenatos, quienes a su vez aumentan de peso y de tamaño, pudiendo crecer hasta 4 cm por día en las primeras semanas de vida. Si este estudio se replica en poblaciones de distintos sitios del mundo, puede hacerse una evaluación global de la condición corporal de una especie.

“Esto es precisamente lo que estamos haciendo con las ballenas francas de Península Valdés, en un proyecto colaborativo entre el Dr. Fredrik Christiansen de la Universidad de Murdoch en Australia, la Dra. Marcela Uhart de la Universidad de California, Davis, el Dr. Mariano Sironi del Instituto de Conservación de Ballenas (co-directores del Programa de Monitoreo Sanitario Ballena Franca Austral) y el Dr. Michael Moore de Woods Hole Oceanographic Institution. El estudio cuenta con la asistencia de la investigadora Raquel Soley y de Adrián Diaz, estudiante de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco de Puerto Madryn”, destacan desde el ICB.

Mediante el uso de drones, el Dr. Christiansen ya ha realizado 400 vuelos y ha obtenido 1.600 fotografías aéreas verticales de las ballenas, sobre las que se han tomado mediciones de largo y ancho. Solo en el mes de agosto se identificaron 380 individuos diferentes a través del análisis de su patrón de callosidades. La obtención de fotografías continuará hasta finales de noviembre.

“Luego de analizados los resultados, los compararemos con el estado corporal de las ballenas francas de Australia. Además, los videos obtenidos desde el aire permitirán aumentar la calidad de las observaciones desde una perspectiva inmejorable, incrementando nuestro entendimiento sobre el comportamiento de las ballenas durante su estadía en las aguas de Península Valdés”, se agregó.

Por su parte, Vicky Rowntree – Directora del Programa Ballena Franca Austral de Ocean Alliance – desde un acantilado en el Golfo San José registró la frecuencia respiratoria de madres y crías, como otro modo de evaluar el estado físico de las ballenas. Estas observaciones luego serán comparadas con los datos fotogramétricos de las ballenas presentes esta temporada.

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