Mientras la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires elaboró una guía básica para conducirse en la emergencia frente a la pandemia del coronavirus: cómo protegerse y cómo afrontar esta situación desde el punto de vista psicológico con el objetivo de identificar afectos, para recomendar conductas y para tratar de modificar pensamiento, los psicólogos y psicólogas de Puerto Madryn reciben a diario consultas virtuales no sólo de sus pacientes sino de nuevos pacientes que quieren o sienten que necesitan iniciar terapia.

La Lic. Sandra Gerardi, en diálogo con NoticiasPMY brindó un panorama actual de cómo afecta el aislamiento y la pandemia en sí desde el punto de vista psicológico no sólo a los adultos sino y especialmente a los niños y adolescentes.

“Han aparecido problemas de ansiedad, de pánico y de insomnio entre otras cosas a raíz de toda esta situación que estamos viviendo. Seguimos trabajando con muchos pacientes on line, hay situaciones muy diferentes y gente que necesita continuar con su terapia. La ansiedad crece con lo obligatorio, cuando uno pierde ese control se desregulan muchas conductas”, señaló la psicóloga.

“Pude observar particularmente que los primeros días era no hacer nada, sin horarios, etc. Con el correr de los días cada vez la gente está más nerviosa o haciendo más cosas, no hay cortes, se continúa permanentemente en la casa haciendo cosas, se sobrepasaban de actividades. Esta ansiedad también hay que tratarla, en algunos casos es angustia. Se detectaron síntomas emocionales y clínicos producto del encierro. Yo he trabajado poner orden en la rutina diaria porque nos ordena y hace que la ansiedad no suba más”, destacó la profesional de Puerto Madryn.

Las rutinas establecidas acomodan a cada integrante de la familia. “Los niños necesitan de la rutina, en el caso de los más chicos, necesitan horarios estipulados de cosas por hacer. Hay deberes y derechos, para todos incluso para los niños de la casa. Las pautas dentro del hogar son fundamentales”.

Las idas y vueltas de los últimos anuncios también generan ansiedad y angustia. “Se pensó que se iba a poder hacer algo que finalmente dijeron que no. No lo veía particularmente tan viable. La gente se puso contenta y al volverse para atrás, particularmente, los que más sufrieron los adultos, no los niños. Los niños están más acomodados a esto y los adultos no. Creo más ansiedad, más preguntas, hasta cuando, cuando termina, no se termina más”, remarcó Gerardi.

Se recomienda el desgaste aún en casa con actividades virtuales por lo que es recomendable ponerlo en práctica.

“Hay distintos grupos de la sociedad. Están los organizados, los que naturalmente no salían mucho de su casa por lo cual ahora es sólo un poco de organización y ya está. Hay grupos como los adultos mayores que quizás están en hogares y la única diferencia que notan y mucho es la falta de visitas pero también hay grupos con rutinas, con salidas, con trabajo, con actividades culturales, deportivas, etc. Ese grupo es el que hoy está más afectado, están nerviosos. La idea es distender y entender que el encierro no significa no salir a un patio, a un balcón, aire fresco, es necesario. Mucha gente se fue de un extremo al otro, sin siquiera asomarse a una ventana o a un patio”, finalizó la psicóloga madrynense.

La tecnología es hoy prácticamente el calmante de esta ansiedad que experimentan muchos. La comunicación hoy es fundamental para todas las personas pero en este caso, tenemos la posibilidad de estar conectados con todo el mundo. “Tenemos que promover la comunicación con la familia, con los amigos, esto baja la ansiedad”.